AMOR.. SIN LIMITES.

Este fin de semana tuve la ocasión de saludar a mi amigo Oriol, los dos estábamos pasando unos días en Camprodon (Pirineo de Girona) y siempre es interesante tomar el "vermutillo" con el, porque siempre explica cosas curiosas, el es ingeniero electrónico y un gran aficionado a los temas tecnológicos, pero en el fondo es un romántico empedernido.

> Hola Oriol, que tal estas..

> Muy bien Llorenç, ya sabes como siempre metido entre circuitos electrónicos..jeje.

> Hombre Oriol, es donde eres feliz, inventando cosas que nos faciliten la vida cotidiana..

> Ya ves, tu y yo coincidimos que donde se es feliz, es con una vida cotidiana, entre arboles, junto al rio, y al pie de las montañas tal como estamos ahora mismo tu y yo, !o no!..

> Cierto Oriol, suerte de esos momentos nunca mejor dicho eso de que aquí se "desconecta" pero seguro que alguna cosa tendrás que contarme sobre el mundo de la tecnología..

> jeje.. Llorenç, si quieres te cuento una historia de amor..

> De amor, !Ah! que bonito.. anda cuenta, cuenta..

> Tu te acuerdas que la ultima vez comentábamos que nos sorprendía la apertura de un burdel en Barcelona en el que se ofrecen servicios sexuales con muñecas de silicona..

> Si, si, lo recuerdo, y..

> Pues esta vez la cosa va un paso más allá.
Zheng Jiajia, un ingeniero chino de 31 años, experto en inteligencia artificial, se ha casado con una mujer robot construida por él mismo, harto de no encontrar una esposa humana..

> jajaja.. Te lo estas inventando..

> Nada de eso Llorenç. La novia se llama Yingying, creada  en el 2016 por lo que sólo tiene un año de edad, según el novio su relación comenzó hace un par de meses, fue un flechazo y un noviazgo precoz para ella y rápido para los dos. El ingeniero no tenía pareja desde que le dejó la chica con la que salía mientras estaba en el instituto, así que al final optó por fabricarse su propia esposa..

> Pero como se entiende con un robot, o habría de decir "robota"..

> Pues nada, Yingying puede hablar mediante una conexión a un ordenador con textos y archivos de audio almacenados, también puede reconocer fotografías y objetos, y aún no está programada para caminar, aunque su esposo afirmó que ya está trabajando en ello. Después de la boda, ambos se fueron de paseo, y aunque Yingying sólo pesa 30 kilos, su esposo dijo que cree que debe perder algo de peso, ya que manifestó que acarrearla de un lado para otro es algo cansado..

 > Peo eso se puede hacer, casarse con un robot, es que no doy crédito.. 

> El matrimonio no tiene valor legal, ya que las nupcias entre humanos y androides por ahora no están contempladas en la legislación china, aunque no por ello la ceremonia fue menos pomposa, con banquete, regalos y el velo rojo sobre el rostro de la novia típico de las bodas tradicionales de esta cultura oriental, asegurando que piensa vivir con Yingying hasta que la muerte o los problemas de la batería les separe..

> Oriol, ese Zheng es un loco, un sabio, un visionario, un romántico.. !que es!..

> Pues nada el joven Zheng desarrolló su pasión por la inteligencia artificial en el instituto, donde llegó a construir un robot que jugaba al fútbol, con el que ganó un premio en un concurso nacional. Posteriormente, se graduó y obtuvo un máster en Inteligencia Artificial en la Universidad de Zhejiang en el 2011. Al terminar sus estudios, el ingeniero empezó a trabajar en la multinacional tecnológica Huawei, hasta que el año pasado fundó su propia compañía en la ciudad de Hangzhou, de la cual Yingying es la primera creación.

Oriol y yo acabemos de tomar el aperitivo, nos despedimos hasta la próxima ocasión. 

Yo no se muy bien que contaros, os dejo la noticia, lo único que me sabe mal es que no me haya invitado a la boda, y no poder haber dado un beso de felicitación a la novia. 

Ahora lo que hace falta es que tengan muchos hijos y sean muy felices..

Así que para terminar os he dejado esa música que oís de fondo, porque me encanta el romanticismo..