Hoy día de transición, se acaba el paisaje lunar de Lanzarote y volvemos a la tierra en busca de la intensidad del colorido y la vegetación en Tenerife, concretamente a Puerto de la Cruz en el valle del Orotaba.
Las transiciones y los viajecitos en avión son lo mas odioso del mundo, que si pendientes de la hora, que si la puerta de embarque, que si el numero de vuelo, que si desnúdate y vuélvete a vestir en el control de seguridad, que si arrastra maletas arriba y abajo....por cierto con tantos inventos que hay a nadie se le ha ocurrido hacer una maleta con un motor eléctrico a baterías que funcione con un mando a distancia, algo así como los cochecitos de juguete.
Toma de posición en el nuevo hotel, afortunadamente en el centro de la ciudad, asesoramiento en la oficina de turismo, alquiler de coche, contratación de excursiones, y por fin paseo por el casco antiguo del Puerto de Santa Cruz.
Por supuesto lo mas agradable del día, ya que tanto trajín solo lo arregla unas papas arrugadas con mojito picón acompañadas por una cerveza Dorada, en la terraza bajo unos imponentes arboles milenarios en la popular Plaza del Charco acariciado por la brisa del océano Atlántico.
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