MI VIAJE A CANARIAS - IV.

Hoy, excursión facultativa, este tipo de excursiones para mi que soy un aficionado a observar el comportamiento humano son siempre una experiencia, empezamos porque la excursión esta programada a una hora determinada con las plazas reservadas para lo todo el mundo tiene sitio seguro, pero aun así hay gente una hora antes para coger el mejor lugar, luego a la hora de la verdad no es así, porque te llaman por el nombre y se fastidia el invento. Siempre esta el gracioso que no hace gracia ni ha su mujer, pero insiste e insiste. Los que siempre llegan tarde aunque les hayan especificado la hora exacta de vuelta al autocar. Los listos que ya lo saben todo y a toda explicación del guía le encuentran la forma de puntualizar su opinión, y los que no entienden nada.

Aparte de anécdotas sobre compañeros de excursión, lo cierto es que visitar Lanzarore de norte a sur, te da una idea bastante buena de la isla. Las partes de lava virgen auténticos amasijos de roca basaltica que le dan un aspecto lunar. Las montañas de ceniza volcánica, que utilizan para cubrir las zonas ajardinadas ya que así atraen y conservan la humedad. Los pueblecitos blancos como la nieve en contraste con el fondo negro, es espectacular casi sobrecogedor.  

Visita obligada a los JAMEOS (agujeros) DEL AGUA, con los minúsculos cangrejos  blancos como autenticas estrellas. La obra cumbre de Cesar Manrique, y que sin duda fue el pistoletazo de salida a un Lanzarote turístico, posteriormente vinieron los hoteles y las zonas turísticas. 

Muy cerca en la parte mas al norte de la isla es obligado visitar el MIRADOR DEL RIO, con una  magnifica vista sobre la isla La Graciosa, y el mar abierto.

Pero me quedo con la visita para mi  mas espectacular, lo menos manipulado por la mano del hombre, LA CUEVA DE LOS VERDES, un fabuloso tubo volcánico interior con tres galerías que recorren aproximadamente 1.500 mts, minuciosamente acondicionada e iluminada discretamente por Jesús Soto, habiendo conseguido una iluminación ambiental espectacular que resaltan las grandes bobedas y paredes de la cueva, un autentico viaje al centro de la tierra, apta hasta para claustrofobicos.

A la tarde para acabar el día un respiro en una terracita de Playa Blanca degustando una tapita de queso de oveja semicurado "El Faro" una delicia y como siempre frente al océano Atlántico.