LOS SONIDOS DEL SILENCIO.

Esta semana quisiera hablaros de sensaciones,  que en definitiva son emociones, los fines de semana aprovechando mi estancia en el pirineo de Girona, justo cuando se  pronostica tiempo desapacible de viento lluvia y nieve, por lo contrario hace un día frio pero con un sol radiante, un sol brillante como ocurre en esos días limpios de cielos en la alta montaña.

Serra Caballera - Ripolles

Así es que bien abrigado, sentado en una tumbona en el balcón frente a la sierra Caballera polvoreada de nieve en sus cimas, cerrar los ojos y sentir la hermosa sinfonía de los sonidos del silencio, ese silencio que siempre armoniza con sus sonidos el viento de las hojas de los arboles, el canto de los  pájaros cada uno de ellos con su peculiar sonido armónico, algún ladrido de perro a la lejanía, o el cencerro de las vacas que pasturan en la montaña con ese paso pesado pero seguro.

El silencio me hace sentir esos seres  que conforman el mundo de los recuerdos, con los ojos cerrados y el susurro de los sonidos de fondo recuerdo ese ser querido, ese amigo que me falta tras muchos y muchos años de amor y odio, de habernos enfadado y conciliado, de habernos quizás criticado pero sobre todo habernos ayudado y apoyado, ese amigo con el que transcurrían los días de nuestra existencia mas allá de lo profesional, donde la confianza y la sinceridad eran nuestras mejores premisas de convivencia durante años, tal como el comentaba con cierta sorna el día de su despedida... !para cuatro Julios que nos quedan!... y hasta en esto acertó el muy puñetero.

Abro los ojos y veo pasar el tiempo sin que pase nada, simplemente gozar de la naturaleza, gozar de la vida, porque... "para cuatro Julios que nos quedan"... habrá que aprovecharlos.